El imperturbable rol del infinito
presiona nuestros débiles cráneos
no turba la inconsciencia
turba el desamparo
de tu esgrima de labios
el dolido cansancio de tu sacrificio
tu niñez menguante, tu agarrotado olvido
son todo luces caídas en que te transformas
la imprenta mal ajustada en que te cifras
un equilibrio distribuido mal
la ruta del mártir que no te exigen
este desertificar la ternura
y almidonarse en palabras ásperas
no nos corresponde
es una prótesis oscura
que nos languidece