El problema es cuando el silencio muerde,
cuando se esconde en las horas una serpiente
que mira a los ojos.
Lo peligroso es cercenarse,
mirar el muñón de la imaginación y decir,
esto es bonito,
esto me gusta,
y una billetera repleta de ceros
sacude nuestro tiempo libre,
y el curro es rápido para olvidar el curro
y el día pasa y la semana vuelve
a escribirse sobre sí misma.